Albert Cañigueral: La economía colaborativa no tiene límites

Albert Cañigueral conferenciante Diserta consumo colaborativo economía colaborativaEn los últimos años, y especialmente en los últimos meses, a pocos extrañará el escuchar el término de economía colaborativa, especialmente a raíz del éxito de iniciativas como Uber o Airbnb que han brindado gran notoriedad y que a nivel mediático ya venía cobrando fuerza desde 2010, para muchos relacionado con la publicación del libro What’s Mine is Yours: How collaborative consumption is changing the world de Rachel Botsman y Roo Rogers.

Pero no se trata de un fenómeno nuevo, pues la idea de una economía en la que se hace un uso más racional de los recursos o productos subutilizados y donde la colaboración entre consumidores es la clave ya mostraba sus primeros pasos con iniciativas como Couchsurfing (alojamiento) y Zipcar (alquiler de coches por horas en zonas cercanas) en 1999.

El cambio sobre este tipo de movimientos se habría hecho patente después de la crisis económica que afectó a muchos países en 2008, debido al cuestionamiento del actual sistema económico, aunado a las nuevas posibilidades que brindaba internet y las redes sociales, así como el surgimiento de numerosas iniciativas promovidas por startups de acción global, que ahora pueden verse reflejadas en la actual tendencia de economía colaborativa, aunque en la actualidad son numerosos y muy diferentes entre sí los tipos de iniciativas y los sectores en los que se desarrollan.

Para conocer más acerca de estas tendencias, Merca2.0 ha tenido la oportunidad de conversar con Albert Cañigueral, Connector de OuiShare España y América Latina, quien explica que Ouishare es, “un think tank y do tank global acerca de las oportunidades y los retos que plantea la economía colaborativa. En este sentido lo que hacemos es acompañar la transición hacia un nuevo sistema operativo para la sociedad donde los ciudadanos (usuarios) están en el centro.”

¿Qué factores han contribuido al actual éxito de este tipo de iniciativas entre los consumidores?

Los factores que han contribuido son tres:

  • La cultura digital que hemos adquirido usando Internet durante los últimos 15-20 años. Hemos aprendido a contribuir a proyectos, a difundir información en abierto, a confiar en desconocidos, a realizar pagos por medios digitales, etc.
  • La conectividad permanente con los teléfonos móviles inteligentes. Esta cultura digital la llevamos con nosotros a todas partes. Muchos servicios de éxito de la economía colaborativa no hubieran podido arrancar sin apalancarse sobre toda la tecnología que llevamos en el bolsillo.
  •  La crisis, tanto económica como cultural y de confianza en el sistema económico tradicional. La situación ha impulsado a muchas personas a buscar alternativas y las han encontrado gracias a los otros dos factores.

¿Está cambiando la mentalidad del consumidor ante las propuestas de economía colaborativa? O es el consumidor el que ha cambiado y por ello está acudiendo a la economía colaborativa?

Los consumidores son muy pragmáticos. Si usan algo es porque con un esfuerzo comparable (en tiempo y dinero para conseguir algo) perciben un mayor valor.
Lo interesante es que ahora dentro del abanico de opciones de consumo para una necesidad (alojarse una noche en una ciudad) tiene enfrente opciones tradicionales (hotel, hostal), opciones colaborativas mediante pago (airbnb, segundohogar) y sistemas gratuitos o de intercambio (Couchsurfing o intercambio de casas). Se está normalizando evaluar todas las opciones al mismo nivel, en este sentido la mentalidad del consumidor frente a estas propuestas ha cambiado (también porque se han hecho mucho más fáciles de usar mediante la tecnología)

¿La crisis económica ha contribuido a fomentar este tipo de intercambio?

Sin duda ha sido un factor catalizador. Solo con la crisis no se hubiera llegado donde estamos pero la crisis (económicas y también de valores y de confianza en el sistema) combinado con la cultura digital y la tecnología disponible han creado la tormenta perfecta.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades a la hora de establecer esta nueva forma de intercambio económico?

Por mucho que se hable de ello aún requieres de mucha difusión. Siguen siendo opciones de consumo usadas por un porcentaje relativamente bajo de la población. Por lo tanto, hacer conocer la existencia de estos servicios es el principal reto. En algunos casos hay también un reto de acceso al servicio (uso de la tecnología y sistemas de pago) y la generación de confianza entre desconocidos.

¿Cuáles pueden ser las principales dudas o temores de los consumidores ante este tipo de propuestas?

El principal temor es confiar en otras personas particulares que solo conocemos por la aplicación o la página web. Si alguna vez has comprado algo en eBay a un particular sabrás perfectamente de lo que te hablo. Afortunadamente los sistemas de reputación (en los que eBay fue pionero) permiten tener suficiente información al respecto de esos desconocidos para generar esta confianza.

¿Hasta dónde considera que pueden llegar las iniciativas de economía colaborativa en los próximos años?

La economía colaborativa en el fondo es un nuevo modelo productivo donde las personas individuales (ofreciendo un espacio en su coche, o una habitación en su casas o dinero a un crowdfunding) o los pequeños colectivos (para generar energía , alimentos, crianza de los niños, etc.) se vuelven eficientes a esta pequeña escala.
En este sentido la economía colaborativa no tiene límites y veremos como en cada uno de los sectores han aparecido e irán apareciendo nuevas propuestas que usan estas nuevas capacidades de la población para conectarse a escala masiva y realizar intercambios entre iguales.

Fuente: Merca 2.0

Albert Cañigueral es especialista en economía colaborativa y conferenciante Diserta.

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