Imagine la escena. Es su tercer dÃa de vacaciones. Por la mañana ha estado buceando un rato por la zona de las calas. Después se ha comido un arroz del senyoret en un restaurante del puerto que le habÃan recomendado. De vuelta al hotel, se ha echado una horita de siesta y se ha dado un chapuzón en la piscina. Ahora ha bajado otra vez a la playa y está sentado en la barra del chiringuito. Ojea un periódico local mientras de fondo suena una música chill out. Lleva puestos un bañador, una camiseta y unas chanclas. Junto a usted, sobre la barra, el daiquiri que acaba de servirle Toni, el camarero, y su teléfono móvil. De pronto, el sonido inconfundible de un whatsapp entrante le saca de su lectura. Observa que la pantalla de su smartphone se ha iluminado. El mensaje es de su jefe. Dice: “Llámame. Es urgente!!!â€.
En Francia, para evitar que a sus trabajadores se les atragante el arroz y el daiquiri por culpa de una intromisión en su tiempo de descanso, el pasado mes de enero entró en vigor una ley que regula su “derecho a la desconexiónâ€. La norma, explica MarÃa Jesús Herrera, socia de Sagardoy Abogados, “no obliga a apagar el móvil profesional al finalizar la jornada laboral ni a cerrar los servidores de envÃo y recepción de correos electrónicos a partir de una determinada hora, pero abre la posibilidad de introducir una regulación consensuada en función de las necesidades productivas de cada empresaâ€.
Mariola Serrano, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Deusto, cree que en España no harÃa falta llegar tan lejos. “En nuestro Derecho del Trabajo ya se delimitan la jornada y el horario de trabajo. Las horas realizadas por encima de esa jornada son consideradas horas extraordinarias. Y recibir y contestar correos electrónicos o llamadas fuera del horario de trabajo no es distinto que trabajar fuera del horario en la propia oficinaâ€.
Sin embargo, la tecnologÃa y los nuevos sistemas de trabajo flexible han abierto nuevas brechas en la propia definición de jornada laboral. Los lÃmites son ahora más difusos. “En los modelos tradicionales, ibas al lugar de trabajo, hacÃas tus horas, te marchabas y hasta el dÃa siguiente. Ahora el trabajo está en la nube y es más difÃcil para el profesional desconectarâ€, señala Santi GarcÃa, cofundador de Future For Work Institute.
El informe Tendencias Laborales de 2014, realizado por Sodexo, revela que más de la mitad de los trabajadores estadounidenses miran mensajes de trabajo al menos una vez al dÃa durante el fin de semana. “Se produce la paradoja de que los profesionales afirman que las tecnologÃas de la información les permiten ser más productivos y tener mayor flexibilidad, pero, al mismo tiempo, también reconocen que aumentan su carga y les dificulta desconectar y descansarâ€, expone Miriam MartÃn, directora de Marketing y Comunicación de Sodexo Beneficios e Incentivos. Cansancio, estrés o ansiedad son, advierte esta experta, los peligros de esta hiperconectividad permanente. “Y un talento cansado no es productivoâ€.
La cultura corporativa puede agravar este problema al hacer una interpretación torticera de la flexibilidad laboral. “Trabajar en remoto no equivale a estar disponible 24/7 los 365 dÃas de añoâ€, aclara Arancha de las Heras, vicerrectora de Relaciones Institucionales de la UDIMA y especialista en teletrabajo. Miriam MartÃn alerta además de que “si los jefes envÃan correos o mensajes fuera de horario y los empleados se sienten obligados a atenderlos, se genera un tipo de organización tóxica en la que la sensación general es que no hay lÃmitesâ€.
Pero también los propios profesionales deben poner de su parte. “La tecnologÃa nos esclaviza si nos dejamos esclavizar. Muchas veces somos nosotros mismos quienes nos quedamos enganchados sin necesidad de que nos lo imponga un jefeâ€, indica Santi GarcÃa. En la misma lÃnea, Miriam MartÃn dice que hay que aprender a autoimponerse lÃmites. “Los profesionales nos hacemos adictos a la adrenalina que genera estar en la cresta de la ola y parece que tenemos que estar al tanto de todo en todo momento. No sabemos pararâ€.
Actuaciones posibles
¿Qué hacer? Cortar por lo sano es tentador, pero no siempre será posible. “Mi consejo es que cada cual gestione su propia vida. Si dejar de mirar el buzón de entrada o no contestar a un mensaje en tu tiempo de descanso te va a provocar todavÃa mayor estrés, hazloâ€, comenta GarcÃa. Arancha de las Heras recomienda tomar una serie de precauciones durante las vacaciones si se sabe de antemano que va a ser imposible desconectar por completo. “Establece como rutina llamar todos los dÃas a la oficina una determinada hora. AsÃ, al menos, solo estarás disponible en el horario que tú marquesâ€.
Para Alejandro González, director general de Taalentfy, es una cuestión de concienciarse. “DeberÃamos entender la tecnologÃa como una herramienta. Igual que lo es un coche y no por ello estamos condenados a utilizarlo para desplazarnos a todos lados, sino sólo cuando lo necesitamosâ€. Santi GarcÃa pide tiempo. “Asistimos a una profunda transformación del mundo del trabajo. Trabajadores y empresas estamos aun despistados sobre cómo todos estos elementos y relaciones nos impactan. Estamos aprendiendoâ€.
Fuente: El PaÃs