¿Hacia dónde va internet?

Federico Casalegno, doctor en Sociología de la Cultura y la Comunicación por la Université Paris-Sorbonne y subdirector del MIT Design Laboratory del Massachusetts Institute of Technology, advierte de lo grandioso que es internet y que su futuro está por descubrir.

“¿Que hacia dónde va internet? No lo sabemos. Estamos en una situación parecida al mono que descubre el fuego y no sabe que va a terminar quemándose”.

Casalegno es uno de los diecinueve reputados expertos en el mundo de la red que ha colaborado en el libro “C@mbio: 19 ensayos clave acerca de cómo internet está cambiando nuestras vidas”,  la sexta entrega de la serie anual editada por BBVA dedicada a explorar y difundir conocimiento sobre las cuestiones claves de nuestra época, y que está a disposición pública en la biblioteca online OpenMind (www.bbvaopenmind.com) de la entidad bancaria española.

“Hoy es imposible imaginar un mundo sin internet”, avanza Francisco González, presidente de BBVA. “Nos permite hacer cosas que hace unos pocos años hubiéramos considerado impensables y alcanza a todas las esferas de nuestra vida”.

Ámbitos como la economía, los negocios, el trabajo, la salud, la cultura y la comunicación, en los que internet ha influido de manera sobresaliente, son analizados en estos diecinueve ensayos que llevan la firma, entre otros, de Juan Ignacio Vázquez, profesor de Telemática de la Universidad de Deusto (España); Manuel Castell, catedrático de Tecnología de la Comunicación de la University of Southern California (EU), o Yochai Benkler, catedrático de Derecho Empresarial de la Universidad de Harvard (EU).

Para González, “internet, como herramienta accesible para un público razonablemente amplio, no tiene más que dos décadas, y ya es el catalizador fundamental de la revolución tecnológica más amplia y acelerada de la historia”.

Y es más, se estima que en 2015 habrá más de 200,000 millones de dispositivos conectados a la red, cuatro veces más que en 2010. “En pocos años será la estructura más compleja que la humanidad haya creado”, añade el presidente de BBVA.

“NO DEJAR QUE NOS USEN”

Una compleja estructura que inquieta a los expertos. “El reto hoy es diseñar tecnologías que podamos usar, pero no dejar que ellas no usen”, explica Casalegno, que ha participado en Madrid en la presentación del libro en el Centro de Innovación de BBVA.

“Existe una gran conectividad, pero lo más importante es saber encajar estos avances tecnológicos en nuestra forma de vida”. A Casalegno le preocupa el tema de la seguridad en internet y la despersonalización que se puede generar. “Sin seguridad no hay forma de interactuar”, explica.

“La cuestión es saber desarrollar un sistema seguro, pero también comprender qué tipo de sistema tenemos. Todo tiene que ver con la educación, tenemos que tener cuidado con el tipo de relación que hacemos en la red”.

Casalegno avanza que lo último que se están ensayando en el campo tecnológico es la relación de dispositivos informáticos con otros objetos, y señala  experimentos como un tatuaje que se pone sobre el cuerpo y puede reconocer la voz, y a vacios legales que nos podemos encontrar próximamente. “Por ejemplo, yo puedo ir con mis «google glass»  conduciendo y, a la vez, leyendo mi correo electrónico. No hay legislación que me lo impida”.

“A medida que nuestros dispositivos se vuelven más complejos –advierte Casalegno- se hace más necesario meditar con cuidado sobre la forma de beneficiarnos de la tecnología digital sin convertirnos en `ciborgs´”.

La atención sanitaria es otros de los ámbitos donde internet está impulsando profundos cambios. “La rama que más se va a beneficiar de los adelantos de la red es la sanidad”, apunta Lucien Engelen, director del Centro de Innovación Reshape y Chief Imagineer de Holanda quien, junto a Casalegno, ha asistido a la presentación del libro editado por BBVA.

Para Engelen, el cambio más sustancial va a ser en “los pacientes. Los médicos van a pasar de ser dioses a unos meros guías”.

“En el futuro ser un buen profesional de la salud ya no bastará –vaticina Engelen- porque el tratamiento médico se convierte en una experiencia, y la satisfacción del paciente con el servicio recibido puede llegar a ser tan importante como la calidad de la medicina practicada. Además, los pacientes están mejor informados y quieren asumir el control de su salud”.

Engelen advierte que “si el 20 por ciento de la población tiene acceso a internet, ¿qué pasará cuando lleguen todos? Esto planteará otros problemas”.

Federico Casalegno es experto en Tecnologías Digitales y conferenciante Diserta.

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