Los lÃderes polÃticos y empresariales deben salir de vez en cuando de su «entorno seguro» para percibir realmente cuáles son los problemas medioambientales derivados de la actividad humana, ha asegurado en una entrevista el aventurero y emprendedor de Sant Joan de les Abadesses (Girona), Albert Bosch.
«SerÃa imposible que no se sintiesen responsables», ha apuntado este deportista, quien cree que «ya no necesitamos más jefes sin más», sino que hay que dar paso a aquellos que son «comprometidos y saben que persiguiendo sus objetivos asumen las consecuencias de sus impactos».
Según Bosch, en la polÃtica prima más el resultado de unas elecciones a corto plazo que las iniciativas medioambientales, que, aunque no son valoradas por la ciudadanÃa, tienen efecto a largo plazo; «es muy duro para un polÃtico impregnar de importancia a algo que a priori no la tiene».
Este aventurero, quien ha dedicado toda su vida a la competición en motor y al alpinismo, participó en el proyecto ‘7 Cumbres’, donde habÃa que escalar las montañas más altas de cada continente; «la iniciativa cambió mi visión del mundo y aumentó mi compromiso con el medio ambiente».
«Contemplé las consecuencias directas del cambio climático en el Kilimanjaro, donde hace veinte años los glaciares alcanzaban los 4.000 metros de altura y en la actualidad sólo queda algo de nieve en los 5.400», ha relatado Bosch, quien ha lamentado que cuando desaparezca en su totalidad será un «desastre ecológico».
Ha recordado también el desplazamiento tanto de culturas como de biodiversidad en Papúa (OceanÃa), donde existe la mina de oro más grande del mundo y la tercera de cobre; «la actividad minera supone una perversión de la isla para toda persona a la que le apasione la vida natural».
«Algunas tribus ancestrales de Borneo, Papúa o el Amazonas, por ejemplo, tienen la sostenibilidad integrada en su forma de vivir, porque dependen de la naturaleza y cuentan con una visión en la que tiene cabida todo el ciclo de vida», ha explicado el deportista, quien ha señalado que estos pueblos saben que «lo que hagamos hoy, tendrá una repercusión tanto para ellos como para sus hijos».
Ha puesto en valor a estados nórdicos como Noruega, Suecia o Finlandia, un paÃs este último que no posee petróleo, que «gestionan sus recursos naturales apostando por la sostenibilidad debido a su apertura para con la naturaleza».
Bosch, quien cruzó la Antártida en 2012 desde el mar hasta el Polo Sur caminando y sin asistencia, abandonó la competición en el ‘Rally Dakar’, porque «cuando quieres de verdad a la naturaleza, no la perjudicas».
«El ‘Dakar’ provoca una contaminación mÃnima si la comparas con un avión, pero a veces se ha celebrado en paÃses donde la organización ha establecido el recorrido que le apetecÃa», ha criticado el alpinista, quien asegura que se conducÃa sobre restos de espacios arqueológicos o lugares que son más sensibles para la vegetación como el salar de Uyuni, en Bolivia, «una maravilla natural en la que si pasan 300 vehÃculos supone una animalada».
A su juicio, los deportistas de aventura o quienes realizan actividades extremas dan primacÃa a la competición o al hecho de alcanzar un determinado reto o sueño sin tener en cuenta las repercusiones que tienen, es decir, «prevalece su yo personal junto a la difusión de sus logros a través de las redes sociales».
«Me percaté de que mi compromiso con el medio ambiente era secundario -ha explicado- y que el respeto por la naturaleza ha de constituir mi punto de partida y, aunque la actividad que desarrolle deber ser económicamente rentable, ha de permanecer en equilibrio con la ecologÃa».
En este sentido, los atletas mediáticos tienen que ser «embajadores del medio natural ante los que no tienen la oportunidad de vivirla, sentirla o experimentarla ni la suerte de permanecer cercanos, enamorados y comprometidos con ella».
Fuente: EFE
Albert Bosch es aventurero, empresario y conferenciante Diserta