La decisión del Gobierno español de relajar unilateralmente el objetivo de déficit para 2012 hasta el 5,8% del PIB, frente al 4,4% pactado anteriormente con Bruselas es toda una lección de economÃa familiar para todos los polÃticos europeos, según apunta el diario The Finantial Times. Esta flexibilidad y relajación de los objetivos de déficit es algo que el catedrático de Análisis Económico y consultor de la Reserva Federal de Chicago, Santiago Carbó, viene señalando -cuando no advirtiendo- desde hace meses en sus asiduas colaboraciones con distintos medios de comunicación.
AsÃ, en un reciente artÃculo publicado en La Vanguardia nuestro conferenciante apuntaba «El objetivo del déficit es posible. El problema es las consecuencias que pueden provocar una aplicación a las bravas en el actual contexto. Con una economÃa tan debilitada, los enormes sacrificios para tratar de cumplir con los objetivos del déficit pueden provocar el efecto contrario. Que los ingresos se desplomen aún más y la contracción sea todavÃa mayor. Por tanto, hay que buscar un equilibrio: mostrar que somos serios sin ser demasiado estrictos«.
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En este mismo sentido, el Prof. Carbó declaraba en el programa de Juan Ramón Lucas En dÃas como hoy que «la recesión será más intensa sin una rebaja del objetivo de déficit» pero que por motivos de credibilidad desde la Unión Europea «no quieren decir ‘vamos a relajartelo’ porque entonces se genera mucha desconfianza«.
Respecto a las últimas noticias de la rebaja de la calificación de ocho comunidades autónomas por parte de la agencia Moody’s y de la degradación de la deuda valenciana a bono basura por parte de Standard & Poor´s, Santiago Carbó también se ha pronunciado, esta vez como el director de estudios financieros de Funcas, denunciando en rueda de prensa la situación de oligopolio que han creado las tres principales agencias de rating, Standard & Poor´s, MoodyÂ’s y Fitch, y advirtiendo de que “hay que mejorar la eficiencia de su metodologÃa, asà como la transparencia de lo que hacen y los tiempos por los que se rigen a la hora de hacer pública una nueva calificación.