El profesor de EconomÃa en la WUStL y catedrático FEDEA, Michele Boldrin, firma la cuarta página de El PaÃs con un interesante artÃculo de opinión titulado «Primero, los deberes», en el que analiza las causas por las que la unión polÃtica y fiscal europea sólo funcionará y será útil cuando los paÃses, especialmente España e Italia, hagan las reformas estructurales que han estado demorando durante dos décadas.
Entre otros argumentos, Boldrin afirma que la polÃtica monetaria «requiere una efectiva integración de las economÃa reales y unas polÃticas fiscales coordinadas» y que la unión polÃtico-fiscal «sólo es posible y útil si cada paÃs hace, antes de todo y seriamente, los cambios internos que la faciliten».
En su opinión, «la crisis financiera no ha hecho más que registrar lo ocurrido: los problemas actuales de los paÃses mediterráneos son los mismos que cuando empezó el proceso de adopción de la moneda común». Un proceso en el que el Euro parecÃa la poción mágica capaz de aliviar los problemas internos, pero que hacÃa necesarias unas medidas de alto coste polÃtico que posteriormente no se tomaron. «Los primeros años fueron de bonanza y la alegrÃa no facilita las reformas», sentencia.
Aunque considera que hay que resolver los problemas de la banca prioritariamente, cree que, una vez se hayan solucionado, «las debilidades estructurales que no se han resuelto en una década deben de ser abordadas». Boldrin hace hincapié en que ahora es el turno de demostrar a los mercados y a los socios de la Unión Europea que España e Italia son fiables. «Merkel ha demostrado una vez más la sabidurÃa del lÃder dando los pasos que la lógica económica y su papel le exigÃan. Pero ahora les toca a España e Italia: deben cumplir los deberes que han ido postergando».
Y concluye con una analogÃa futbolÃstica, a pocas horas de saber que España saldrÃa vencedora en La Eurocopa 2012, «espero que los dos pueblos pongan en el juego de las reformas la misma pasión que en el fútbol»
Michele Boldrin es catedrático de la UWStL y conferenciante Diserta.