Ha empezado la cuenta atrás para que Josu Feijoo marque un nuevo hito en la historia al convertirse en el primer astronauta diabético en subir al espacio. Y lo hará a bordo de la nave Virgin Galactic en una misión que tiene como objetivo investigar con nuevas formas de insulina artificial. Sabe que esta nueva aventura espacial no está exenta de peligros, sobre todo para un diabético insulino dependiente como él, pero Josu es un hombre acostumbrado a superar sus propios límites y a derribar todo tipo de barreras que no le permitan alcanzar sus sueños.
Ya lo hizo hace unos años al lograr una hazaña hasta entonces insólita, que le convirtió en el primer diabético del mundo en completar el Gran Slam, después de coronar los tres polos de la Tierra -el Everest (2006), el Polo Sur (2003) y el Polo Norte (2002)- y de hoyar la cima de las siete cumbres más altas del planeta, The Seven Summits: Mckinley, Everest, Elbrus, Vinson, Kilimanjaro, Carstenz y Aconcagua. Un impresionante currículum alpino en el que la diabetes no ha supuesto un impedimento, sino todo lo contrario, para llegar a lo más alto.
Tan alto, tan arriba, como su próximo reto: viajar al espacio. Un ‘viaje’ patrocinado por varios laboratorios farmacéuticos, para el que tuvo que superar durísimas pruebas físicas en el centro de entrenamiento espacial de la NASA y en el centro espacial de Yuri Gagarin en Moscú y que le convertirán no sólo en el primer astronauta diabético de la historia, sino también en el tercer español en ponerse en órbita.
Cercano, luchador y con un fascinante don de palabra, Josu transmite en sus charlas su experiencia vital como alpinista, como jefe de expedición, como diabético dependiente y ahora también como astronauta, haciendo hincapié en valores como la motivación, la superación, el trabajo en equipo, la ilusión o el liderazgo.
En reconocimiento a su lucha y a sus logros, Josu Feijoo fue galardonado con la Real Orden del Mérito Deportivo Español en 2007 y dos años más tarde, con la Insignia Olímpica del Comité Olímpico Español. Asimismo le fue concedido el premio del diario El Correo al mejor deportista del año 1993 y el Accésit del diario Marca a la Hazaña Internacional 2006 “Nada es imposible”.